EL CUERPO DESOBEDIENTE


MIS FRASES FAVORITAS de 

"EL CUERPO DESOBEDIENTE

de FERNANDO G. MANCHA

por Fernando G. Mancha



- … la soledad que acompaña a los sueños.

- Allí, en el centro del puente, me siento el centro del mundo, de un desolado mundo. Fijo mi vista en el Arno, el río que se esconde bajo mis pies; me hipnotiza su fluir lento y constante, ocre y naranja.

- … otros son los fantasmas que han venido a acompañarme…

- Sueño con los hijos que no tuve, aquellos que Aute dice que se esconden en las cloacas; me parece terrible que deban comerse las últimas flores.

- ¿Se puede soñar que uno duerme y sueña?

- ¿Se puede ser consciente de estar soñando?

- Sí, estoy soñando. No, no puedo estar soñando.

- … te contaré una historia todas y cada una de las noches de tu vida.

- … muchas veces, si no siempre, cuando consigues ese algo que durante tanto tiempo ansías, te das cuenta de que ni era tan maravilloso como lo soñaste ni, tan siquiera, te hace una pizca más feliz de lo que lo eras antes.

- … lo que buscas, así como tu propia felicidad, residen únicamente dentro de uno mismo y no en posesiones o lugares extraordinarios.

- Sólo veía en las cosas su belleza (…) Mi alma disfrutaba casi por igual admirando una mujer de facciones angulosas, de mirada licuada y penetrante, de vientre cóncavo y convexos pechos, como resbalando por los retorcido toboganes de una hermosa escritura, de una caligrafía adornada y peculiar; mis sentidos se sublimaban de forma similar con un cuadro de Modigliani que con una habitación bien ordenada.

- … las promesas de amor se diluyen en el agua que fluye hacia las alcantarillas.

- Quizás la muerte no sea más que lo que cada uno de nosotros hemos imaginado que sería.

- … más he temido (…) del temible hecho de morir es (…) que ese yo que me ha acompañado desde mis más tempranos recuerdos se difumine en la nebulosa del no ser.

- Error segundo, fundamental, supino, estúpido triste e imperdonable: cada segundo que dejé de abrazar a mi mujer y a mis hijos.

- … permanecí allí, en silencio, hasta que la oscuridad cayó sobre nuestra ciudad exenta de murallas; sólo salí cuando la negrura se hizo tan intensa que logró disimular mi vergüenza y arrepentimiento.

- … junto al corazón, en el bolsillo de la camisa, guardaba (…) una foto de mi mujer y de mis hijos que se metía en la llaga de mi costado.

- El tren siempre ha significado para mí algo mágico, algo exótico, un viajar sereno y ondulante, casi hipnótico, que te transporta de una realidad a otra de una forma dulce, casi maternal.

- Lluvia, papá, quiero ser lluvia.

- … mis dedos están fabricados de corcho blanco y (…) mis brazos y piernas son la geografía que exploran millones de hormigas que la recorren…

- No veo nada. Sólo escucho remota lluvia. Huelo otoño. Saboreo polvo. Siento corcho y hormigas.

- … sentí la necesidad de desacelerar mi paso e ir lento, lento.

- Respiraría con tal intensidad que Italia penetraría en mis pulmones y se repartiría por cada una de mis células, adhiriéndose para siempre en mi código genético…

- Lo concebía todo de una forma tan poética que era fácilmente previsible el desajuste con la realidad.

- Y todo ello lo veía de forma muy nítida y, a la vez, envuelto en una neblina mágica, esa que siempre cubre nuestros sueños. Pero, no sé por qué, coincide que siempre esa neblina se disipa en el justo momento en que alcanzas tu anhelo.

- El color de tus ojos ara mi piel.

- … un color y un brillo tales que los convertían en rastrillos afilados que araban mi piel y mi alma.

- La soledad ha sido mi verdadera y única compañera de viaje desde que dejara mi ciudad sin murallas en ese tren hacia ninguna parte.

- El tiempo, en ocasiones, es como un chicle que se elonga o apelmaza…

- Enhebro, como hacía mi madre, palabras; hilvano frases y coso textos. Ensamblo, como hacía mi padre, locuciones; lijo párrafos y barro el serrín de todos los predicados.