KAFKA EN LA ORILLA de Haruki Murakami



MIS FRASES FAVORITAS de 

"KAFKA EN LA ORILLA

de HARUKI MURAKAMI

por Fernando G. Mancha


- Básicamente, la única vía es hacer lo que tú creas.

- A veces, el destino se parece a una pequeña tempestad de arena que cambia de dirección sin cesar.

- Antes es demasiado pronto y, después, tal vez sea ya demasiado tarde.

- Luego me acomodo en un banco de la plaza de delante de la estación y alzo la vista al cielo azul. “Soy libre”, pienso. “Estoy aquí, solo y libre como esas nubes que surcan el cielo”.

- “¡Tranquilo!”, me digo a mí mismo tras respirar hondo. El único camino es hacia delante.

- Tomo un libro tras otro, los abro: la mayoría conservan entre sus páginas el olor de épocas pretéritas. Un aroma muy especial a conocimientos profundos y a emociones desatadas que, entre cubierta y cubierta, llevan mucho tiempo sumidos en un apacible sueño. Aspiro el aroma, hojeo algunas páginas y devuelvo los libros a la estantería.”

- … de improviso, me doy cuenta de que es el lugar que he estado buscando durante largo tiempo. Un hueco en el mundo, un lugar escondido exactamente como este.

- La señora Saeki (…) Me recuerda un pequeño rincón soleado.

- Y era fácil equivocarse. Hay cosas que sólo se saben retrospectivamente.

- Pero no sé de qué se trata. Porque son muchas las cosas que ignoro.

- … la sombra que proyectas en el suelo es la mitad de oscura que la de las personas normales.

- Y, seamos inteligentes o tontos, sepamos escribir o no, tengamos una sombra como es debido o no la tengamos, cuando nos llega el momento , nos vamos muriendo, uno detrás de otro.

- Me encuentro dentro de un recipiente llamado yo. Los contornos de mi ser van ajustándose hasta que se superponen a la perfección, se cierran con un pequeño ruido metálico. Tal como a mí me gusta. Estoy donde debo estar.

- Intento recomponerme a mí mismo. Para conseguirlo tendré que ir de aquí para allá buscando los fragmentos de mi ser. Como si fuera reuniendo pacientemente, una tras otra, las piezas desordenadas de un puzzle.

- Siento ganas de llorar. Pero, aunque llore, nadie vendrá a ayudarme. Nadie…

- Porque había muchas cosas en este mundo que Nakata no entendía, y entre ellas se incluía todo lo relacionado con la violencia.

- El destino me lleva por derroteros cada vez más extraños.

- Porque un suceso de aquella magnitud tiene que haber dejado alguna huella en nuestros cuerpos o en nuestras mentes.

- Hay recuerdos que no palidecen.

- Porque el silencio es algo que el oído puede percibir. Lo he descubierto.

… ¿acaso no es injusto el hecho, en sí mismo, de elegir?

- En todo, Nakata, hay que seguir un orden (…) No se puede mirar demasiado lejos. Porque si miras demasiado lejos pierdes de vista el suelo y corres el riesgo de tropezar. Pero tampoco debes distraerte con los pequeños detalles que están a tus pies. Porque si no miras al frente, acabarás topando con algo. Total, que hay que mirar un poco hacia delante, seguir un  orden determinado e ir despachando las cosas. Eso es fundamental. En cualquier cosa que hagas.

- “¡Ah, mi alma está llena de escorpiones!” Otro verso de Macbeth.

- A veces, las estrellas despiden de pronto una fuerte luz, como si hubiesen tenido de pronto una idea importante.

- Más que leerme un libro de cabo a rabo, lo que hago es escoger los fragmentos que me parecen más significativos y leerlos una y otra vez con atención hasta comprenderlos bien.

- Por la experiencia que tengo, cuando una persona busca algo desesperadamente, no lo encuentra.

- ¡Exacto! –dice Oshima-. Ésta es la génesis de cualquier historia. Un gran cambio. Una inflexión inesperada.

- A mi alrededor va sucediendo una cosa tras otra. Algunas las he elegido yo, otras no. Pero ya no soy capaz de distinguir las unas de las otras.

- ¿Sabes, Oshima? En el lugar donde he crecido yo, todo era retorcido. Tanto, que eran las cosas rectas las que, por el contrario, acababan pareciendo retorcidas. Hace mucho que lo comprendí.

- La responsabilidad empieza en los sueños.

- Una hipótesis es un campo de batalla en tu cerebro.

- Se había dado cuenta de que la sombra que su cuerpo proyectaba en el suelo era más clara y ligera que la de los demás (aunque nadie más se había percatado de ello).

- Se me hace terriblemente difícil respirar, cierro los ojos. Noto en el pecho una compacta masa de aire. Como si hubiese absorbido las nubes cargadas de lluvia.

- Pienso en el río, pienso en la marea. Pienso en el bosque, pienso en el manantial. Pienso en la lluvia, pienso en los rayos. Pienso en las rocas. Pienso en las sombras. Todo ello se encuentra dentro de mí.

- Los truenos no eran espectaculares. Más bien parecía que un enano perezoso estuviese pataleando sobre un gran tambor.

- Antes, Nakata era como todo el mundo. Pero un día ocurrió algo y Nakata se convirtió en un recipiente vacío.

- … mientras escuchaba la música con los ojos cerrados, dejó correr sus pensamientos. Se centró básicamente en su persona. Pero, cuantas más vueltas le daba, más carente de sustancia se encontraba a sí mismo.

- Sí, eso me parece a mí. Las cosas buenas no envejecen.

- ¿Cómo es que yo, conforme he ido viviendo, he ido perdiendo contenido hasta convertirme en una persona vacía?

- En ese punto abro los ojos. Miro alrededor, voy recogiendo despacio los fragmentos de mi conciencia.

- ¿Y allí qué debo hacer? – Te bastará con escuchar el susurro del viento.

- Aplico el oído a su vientre liso como un papel de dibujo e intento descifrar los ecos del sueño dentro del laberinto que hay debajo.

- ¡Qué persona tan serena!, se admiró Hoshino.

- Yo tampoco he tenido amigos durante muchísimo tiempo –dijo la señora Saeki-. Aparte de los recuerdos.

- Sin embargo, lo que ha ocurrido, ha ocurrido.

- Mi vida acabó a los veinte años. Después no fue más que un eterno epílogo.

- El silencio se hizo más profundo, tanto que, si aguzabas el oído, podías oír incluso cómo la Tierra giraba alrededor de su eje.

- Tengo la sensación de que voy alejándome de mí mismo, de que floto. Soy una mariposa que aletea en el borde del mundo.

- Habla despacio, escogiendo las palabras. No se apresura. Como si quisiera demostrar que tiene todo el tiempo del mundo.

- Una persona debe pertenecer a algún lugar, en mayor o menor medida.

- El mundo es una metáfora.