BAILA, BAILA, BAILA de Haruki Murakami



MIS FRASES FAVORITAS de 

"BAILA, BAILA, BAILA

de HARUKI MURAKAMI

por Fernando G. Mancha


"Era un hotel triste. Triste como un perro negro de tres patas empapado por la lluvia de diciembre".

"El fracaso, la derrota y la frustración teñían todo su ser, como si lo hubieran secado en una solución de tinta azul claro tras haberlo dejado un día entero en remojo".

"Un hombre al que uno le daban ganas de meterlo en una caja de cristal y dejarlo expuesto en el laboratorio de química de un colegio con una etiqueta que rezase: HOMBRE AL QUE, HAGA LO QUE LO QUE HAGA, TODO LE SALE MAL".

"¿Por qué iba alguien a llorar por mí?".

"Si lo sientes, significa que es así".

"Lo hice tomándome todo el tiempo del mundo, con la lentitud de un pedazo de hielo que va derritiéndose".

"Tengo la sensación de que respiras un aire completamente diferente del que yo respiro".

"La manera en que los demás me ven no me atañe. Más bien, eso es algo que sólo les atañe a ellos".

"Al amanecer, mientras contemplaba absorto la Luna, me pregunté hasta cuándo seguiría así. Dentro de poco me encontraré en alguna parte con otra mujer, me dije. Nos atraeremos de forma natural, como dos astros errantes. Entonces volveremos a esperar en balde un milagro, perderemos el tiempo, desgastaremos nuestros corazones y nos despediremos. ¿Hasta cuándo iba a seguir así?".

"Después exhalé un suspiro tan largo y hondo que, si se hubiera prolongado en línea recta, habría llegado hasta la Luna".

"Estoy haciendo lo equivocado en el lugar equivocado".

"Definitivamente, en lo que hago hay algo equivocado".

"Lo que quiero decir es que el dolor se vuelve crónico. Engullido por la vida diaria, uno deja de saber cuáles son las heridas. Pero están ahí. Así son las heridas: no se pueden coger y mostrar; las únicas que se pueden mostrar son las heridas menores".

"Nunca pierde su sonrisa radiante y mea siempre con elegancia".

"Oí el estruendo de unos latidos en la oscuridad. Era mi propio corazón. Me envolvían, me engullían mis propios latidos".

"Una ciudad venida a menos habitada por almas venidas a menos".

"Recuerdo perfectamente el instante en que me quedé dormido. Como si un simio gigante gris entrara de repente en la habitación con un martillo en las manos y me golpeara con todas sus fuerzas en la parte posterior de la cabeza".

"Pero ahora algunas conexiones estaban generando confusión. ¿Y por qué? Porque yo ya no sabía lo que quería".

"Sobre el pavimento helado los copos de nieve caían en silencio como una lluvia de infinitas plumas".

"... con la maña de un mono que lanzara arcilla contra un muro".

"La ciudad entera estaba desesperadamente rígida y helada como un cadáver".

"¿Pueden sentirse a gusto las máquinas?"

"Una vez más, clavó su mirada en mi mejilla izquierda. Me dio la sensación de que en cualquier momento se me abriría un agujero en la cara".

"Nos iba bien, pero entre lo que ella deseaba, lo que ella se había forjado en su mente, y yo había una diferencia abismal".

"Antes creía que me haría mayor poco a poco, año tras año (...). Pero no. Uno se hace adulto de golpe y porrazo".

"... en el fondo, pienso que nunca he elegido nada por mí mismo, que todo me ha venido dado, que simplemente he interpretado los papeles que me han caído en las manos. Cuando de noche me despierto y pienso en eso, me entra pánico. ¿Quién soy? ¿Cómo soy en esencia? ¿Quién lleva las riendas de mi vida?".

"Era uno de esos primeros días de abril delicados, volubles, vulnerables y hermosos como una página de Truman Capote".

"¿Me estás diciendo que tengo que ser menos original, más como todo el mundo?".

"Yo hacía bien mi trabajo, pero jamás había sentido el menor apego o entusiasmo por lo que hacía".

"Mar adentro, pequeñas olas, silenciosas y regulares, iban y venían, como si alguien sacudiera ligeramente una sábana".

"Mañana me voy de viaje y estaré fuera unos días. Antes de irme quería oír tu voz. Eso es todo. A veces me entran unas ganas enormes de oír tu voz".

"No tengo tiempo para pararme a pensar  en esas cosas. La paz es mucho más ajetreada que la guerra".

"Somos personas, no fórmulas de geometría".

"El mundo seguiría girando sin mí".

"Pensé que probablemente no distinguirían un Subaru de un Maserati. Los cerdos, igual que las jirafas y las anguilas, no entienden de esas cosas".

"Debemos tratar a los demás de manera que, a su muerte, no nos queden remordimientos. Con justicia y, a ser posible, honradez".

"La mayoría de la gente muere calladamente".

"Yuki se quedó callada. El silencio me empapó los oídos como si fuera agua".

"¿Cómo lo has adivinado? -Si presto oído, capto lo que deseas. Si aguzo la vista, veo lo que deseas".